Cada carne es un mundo. Por ello, no existe una fórmula exacta y universal para cocinar la carne. No solo se trata de saber cocinarla bien, sino que depende de algo tan personal como conocer los puntos de cocción de la carne favoritos de los comensales.

Temperatura de la carne antes del cocinado

El arte del cocinado es toda una ciencia. Acertar con el grado del cocinado, dependerá de factores como el tamaño de la pieza de carne, su grosor y el método de cocción que vamos a usar (horno, sartén, parrilla, plancha...), así como de la temperatura.

Cuando hablamos de temperatura, no solo nos referimos a la de cocción, hablamos de la temperatura de la carne. Es importante atemperar la carne antes del cocinado, sin exponerla al sol u otras fuentes de calor y asegurándonos de que no sobrepase los 30º de temperatura. Para ello, Se recomienda sacarla de la nevera 5 o 10 minutos antes de cocinar la pieza. Pasado este tiempo, tócala. Si no está ni fría, ni caliente, entonces es el momento de iniciar la cocción de la carne.

En el caso de que la carne que queremos cocinar esté congelada, deberás sacarla la noche de antes y dejarla en la nevera para que se vaya descongenlando lentamente. Una vez lo esté, deberemos atemperarla tal y como se indica en el párrafo anterior.

Puntos de cocción de la carne

Ya tenemos la carne atemperada y ha llegado el momento de cocinarla. Acertar con los puntos de la carne, será más fácil si conocemos los que pueden existir.

A continuación, explicamos cuáles existen y cómo conseguirlos para cada pieza:

  • Carne marcada: conocida como sellada, vuelta y vuelta, rojo inglés....
    En este punto de cocción de la carne, está marcada por fuera y cruda por dentro. Para que quede perfecta, será importante atemperarla, tal y como hemos explicado anteriormente. Después, se deberá usar una temperatura alta durante 3 minutos en total.
  • Carne poco hecha: también conocida como carne inglesa, blue, saignant o sangrante. En este caso, la pieza está más cocinada que la anterior. La temperatura de la carne en este punto deberá alcanzar los 55 grados de temperatura a fuego alto, cocinando 3 minutos por cada lado.
  • Carne al punto: se trata del equilibrio perfecto entre un exterior bien cocinado y un interiror jugoso que no está del todo cocinado, pero tampoco demasiado crudo. Es perfecto para aquellos a los que les gusta notar el sabor intenso de la carne, sin llegar a percibir la textura de la carne cruda. Para ello, se deberá cocinar la carne de 7 a 8 minutos aproximadamente y la temperatura de la carne al punto debe alcanzar los 60 grados en el interior de la pieza.
  • Carne hecha: llegados a este punto, la carne está un poco más pasada, pero todavía le queda un poco para estar hecha del todo. Para conseguirlo, se deberá sellar por dentro, ya que el interior de la pieza deberá alcanzar alrededor de 66 grados durante 9 minutos.
  • Muy hecha: el punto ideal para aquellos que quieren la carne completamente hecha por dentro y por fuera. Se cocina durante 12 minutos a fuego medio alcanzando su interior los 70 grados de temperatura.

¿Cómo conseguir el punto exacto de la carne?

Ahora bien, esto es todo teoría. En la práctica, elegimos una pieza de carne que roza la perfección, nos ponemos el delantal y lo preparamos todo con mimo. La sazonamos y salpimentamos, la atemperamos y, en el momento de la verdad, cuando toca sacarla del horno, nuestra pieza de carne no ha quedado tal y como imaginabamos. ¿No merece la pena que, después de todo este proceso, la carne esté en su punto perfecto? Cuando esto ocurre, el fallo más probable es la gestión de la temperatura dentro del horno, pero ya existen herramientas para cocinar la carne y dejarla tierna, jugosa y con un acabado perfecto.

Esas herramientas son dos: una buena gestión del tiempo y los hornos con termosonda. Podría decirse que la termosonda del horno es el estetoscopio de los cocineros. Un aliado que pone las prestaciones profesionales al servicio de la cocina doméstica. Su utilización es extremadamente sencilla. La sonda está preparada para detectar con precisión la temperatura dentro del alimento, y determinar el cuánto tiempo cocinar la carne al horno para sacarla en el momento exacto en el que esté en su punto.

Ni un grado más, ni un grado menos

Cocinar solo basándose en los tiempos es algo del pasado. De hecho, el termómetro para horno existe desde hace mucho tiempo. Actualmente, es más factible y preciso cocinar en base a temperaturas, puesto que conceptos como “fuego lento” son muy variables en función de la marca o prestaciones de cada horno. Conocer la temperatura ideal que requiere cada alimento es fundamental para unos resultados increíbles. De hecho, a pesar de que las termosondas ya existieran de forma independiente, los hornos Siemens que vienen equipados con ellas mejoran lo ya existente, ya que la comunicación entre ambas partes asegura en todo momento que la temperatura sea exactamente la que queremos.

La comunicación entre el horno y la sonda es tan precisa que cuando el primero de ellos alcanza la temperatura que buscamos, se apaga solo. Además del apagado automático, la termosonda de Siemens cuenta con tres puntos de medición en tres zonas diferentes para evitar que la cocción no sea uniforme. ¿Qué se consigue con los tres puntos de medición? Un cálculo aún más preciso de la temperatura del plato a prueba de errores.

Más allá de la carne

Dar el punto exacto a la carne tiene su dificultad, aunque con la actual generación de hornos se podría decir que la tenía. Ciertamente, la carne asada al horno es un bocado exquisito y perfecto para innumerables ocasiones. Sirva como ejemplo una cita con muchos comensales a la mesa. Por ello, conviene colocar bien la termosonda, evitando el hueso de la carne, que es una de las partes que transmite más calor y puede llevar a confusión. Si buscamos el toque de excelencia, podemos tener caliente el horno desde antes de introducir la carne o sellarla en la plancha para que conserve todos los jugos.

Pero los tres puntos de la termosonda nos sirven para atravesar las fronteras de la carne. Su precisión la hace perfectamente compatible con pescados, guarniciones o alimentos con abundante grasa. Y sí, también es posible alcanzar la excelencia en recetas elaboradas con hortalizas o incluso postres. Solo hay que buscar la receta más adecuada, seleccionar los ingredientes y dejarse llevar por la experiencia de los hornos Siemens.

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